miércoles, 15 de abril de 2009

Girbent en la Horrach Moyà

Pinturas a través del objetivo de una cámara fotográfica




Pintar fotográficamente a espectadores que a su vez fotografían pinturas, registrar por medio de los trazos del pincel la expresión de la gente que mira una escultura o plasmar ese instante en el que un rostro se vuelve borroso antes de desaparecer tras la ventanilla de un tren..., congelando el movimiento. Girbent recrea en sus obras una ficción tan vívida como la realidad misma; aunque su modelo no tenga como referente lo verídico, sino una imagen capturada a través de una cámara, en la que la lente actúa como un elemento distanciador que registra y aísla en fragmentos la superficie visual del mundo.
Los 24 cuadros de Girbent, exhibidos en la Horrach Moyà, son diferentes proposiciones conceptuales que abordan temas nada inocentes, como el de la asunción de la imagen como referente y límite, el cuestionamiento de la pintura como medio de imitación y representación o el papel del autor como voyeur o mirón.
En algunos de sus cuadros se ve como grupos de visitantes en un museo pasan ante la obra, se detienen a mirarla o la captan través de las cámaras; Girbent, a su vez, fotografía la escena y plasma en sus óleos este complejo proceso de pintura dentro de la pintura, valiéndose de la fotografía para registrar sus experiencias visuales. El resultado son obras fronterizas que traspasan los límites que separan ambas artes.
Algunos de sus trabajos son “reproducciones” de planos de películas, fotografías tomadas de filmes coreanos, en los que usa el color para plasmar en sus óleos las texturas saturadas y los colores eléctricos típicos de estas cintas.
Lo realmente importante, lo que queda patente en los cuadros de Girbent es su fascinación por las imágenes y por el medio pictórico como elemento aglutinador de lo visual y la materia. Para el artista la pintura es un medio capaz de operar una especie de magia, porque aúna dos luces: la representada y la que emana de la materia, creando lo que el artista denomina simulacros ópticos encarnados.
Los escenarios de sus trabajos son siempre lugares donde pasan cosas que se pueden ver y mirar, ya sean espacios culturales como museos, espacios de tránsito como las estaciones o fotogramas de filmes; su experiencia es la del que contempla lo que le rodea y lo percibe filtrado a través de un elemento distanciador: el objetivo, para hacerlo visible en la imagen pintada.

Galería Horrach Moyà
Calle Catalunya 4, Palma de Mallorca
finalizará el 25 de mayo del 2009

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