martes, 14 de diciembre de 2010

Jose Luis Guerin y Máximo Gorki

Tren de sombras de Jose Luis Guerin (1997) y El reino de las sombras (1896) de Máximo Gorki

Reflexiones sobre la imagen cinematográfica

Tren de sombras, viaja a los inicios del cine a partir de los vídeos familiares de Gérard Fleury en su casa de Le Thuit (1930). El reino de las sombras , artículo de Gorki tras descubrir en una feria la invención del cinematógrafo de los hermanos Lumière.

El reino de las sombras

"Ayer viajé al reino de las sombras. Es una región inconcebiblemente extraña, despojada de sonidos y colores. Todo, la tierra, los árboles, las personas, el aire, el agua, está pintado en grisalla. Se ven ojos grises en rostros grises. Un sol plomizo brilla en un cielo gris, y las hojas de los árboles son de un gris ceniciento. La vida se reduce allí a una sombra, y el movimiento, a un fantasma silencioso.



Estoy a punto de verme tratado de loco o de simbolista, y me veo obligado a explicarme. Esto ocurrió en el café Aumont, donde mostraban el cinematógrafo, las imágenes animadas de los hermanos Lumiére. Este espectáculo me causó una impresión tan compleja y singular que, incapaz de pintar su infinita diversidad, me conformaré con evocar su naturaleza lo más fielmente posible. Apagada la sala, una imagen grisácea surge en la pantalla, como la sombra empalidecida de un grabado malo. Una calle de París. En ella reconoce uno, en una inmovilidad petrificada, coches, edificios, personas en diferentes poses. Todo es gris, incluso el cielo. Esta imagen trivial no despierta ninguna curiosidad entre el público, que ya ha visto representadas innumerables arterias parisienses. Pero, de repente, con una extraña vacilación, la imagen se anima. Los coches se ponen en marcha y, amenazadores, ruedan derechos hacia el espectador sentado en la oscuridad. Al fondo aparecen siluetas indistintas, que crecen a ojos vista a medida que se acercan. Delante, unos niños juegan con un perro, los peatones cruzan la calle zigzagueando entre los vehículos, los ciclistas pasan y vuelven a pasar. Todo es pura vida, urgencia, movimiento. Todo se mueve y luego se desvanece.

Pero esta actividad se pierde en un silencio extraño; no se oye ni el fragor de las calles, ni el eco de los pasos, ni el de las conversaciones. Nada, ni una sola nota de la complicada sinfonía que acompaña los movimientos humanos. En silencio, el viento agita el follaje color ceniza. En silencio, seres grises se deslizan por el suelo gris, condenados al mutismo eterno, privados por un castigo cruel de los colores de la vida. Sus gestos llenos de energía son vivos, hasta el punto de que resulta difícil seguirlos, pero la vida ha abandonado sus sonrisas, y su risa es muda, a pesar de la hilaridad que contrae sus rostros grisáceos. La vida surge ante nuestros ojos, apagada, sin voz, sombría y lamentable, con sus múltiples colores desteñidos.

Es un espectáculo terrible. Y, sin embargo, no es un teatro de sombras. Uno piensa en esas ciudades que un fantasma, una maldición, un espíritu maligno, han sumido en un sueño eterno. Parece que Merlín el Encantador nos enseña una de sus malas pasadas: ha hechizado una calle, reduciendo sus edificios imponentes, desde el techo a los cimientos, a un tamaño insignificante, empequeñeciendo proporcionalmente a las personas y privándolas de la palabra, y ha difuminado los colores del cielo y de la tierra hasta fundirlos en una grisalla uniforme. Después, ha cogido su creación grotesca y la ha plantado en una sala de restaurante con las luces apagadas.
Hay unos chasquidos, y todo desaparece de pronto. Surge un tren que, como una flecha, se lanza directamente sobre el espectador. ¡Cuidado! Abalanzándose en la oscuridad, se dispone a transformarle a uno en un saco de piel mutilada, lleno de picadillo humano y huesos rotos, y teme uno que destruya esta sala, esta casa donde abundan el vicio, las mujeres y la música, donde el vino corre a raudales, y no deje tras de sí más que ruinas y polvo. Pero, en realidad, no es más que un tren fantasma".

Máximo Gorki (1868-1936). Artículo publicado originalmente en el periodico Nizhegorodski Listok, el 4 de Julio de 1896.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Joan Brotat

La lluita per la innocència (la lucha por la inocencia)



Figuras hieráticas que recuerdan a las de los frescos del románico catalán; algunas pintadas con un colorido brillante y muy naif y, otras oscuras con personajes de expresiones tristes y melancólicas.


La nina

“...Brotat opta por un figurativismo aparentemente ingenuo, pero al mismo tiempo conmocionador. Introspectivo, poético, angustiado, Brotat pinta rostros pálidos y severos, y gestualidades estáticas de un esquematismo primitivista que nos remite al románico. Ahora bien, Brotat consigue dotarlos de una fuerza mágica y misteriosa por medio de los escenarios minuciosamente trabajados de símbolos y trazos, de los contrastes entre los colores y de la deliberada transgresión de las proporciones, con el fin de enfatizar personajes y sentimientos. Las miradas de apariencia inexpresiva nos hablan de pulsiones profundas.
Y lo que quizá podría parecer solo un juego se va volviendo con el paso de los años una meditación descarnada, una obra hecha de desasosiego, desolada, aterradora de caras sin ojos o de figuras rígidas, encartonadas. Mitrani nos recuerda que Brotat intervino en la guerra civil como integrante de la quinta del biberón y que fue recluido en un campo de concentración. Era un hombre herido y refugiado dentro de sí mismo. Nos habla de ello su pintura fascinante.

Carles Duarte, en El Periodico


Cazadores de leones

Exposición La lluita per la innocència (1947-1966)comisariada por Àlex Mitrani
Museu de Valls (5 de noviembre de 2010 al 9 de enero de 2011)
Museu Abelló de Mollet del Vallès (20 de enero al 10 de abril de 2011)
Fundación Cesáreo Rodriguez Aguilera de la Universidad de Jaén (desde mediados de abril a finales de mayo de 2011)


Las tres Gracias

sábado, 13 de noviembre de 2010


En 1974 el funambulista Philippe Petit paseó cerca de una hora por un cable tendido entre la Torres gemelas de Nueva York. La película documental Man on Wire de James Marsh recuerda su hazaña.


El establo de Pegaso: La luz atraviesa el equinoccio como Philippe Petit el World Trade Center

martes, 19 de octubre de 2010

El mundo flotante de Jacques Henri Lartigue

Exposición de Lartigue en la CaixaForum de Palma de Mallorca



CaixaForum Palma
Del 20/10/2010 al 23/01/2011
Comisarias: Martine d’Astier de la Vigerie, directora de la Donation Jacques-Henri Lartigue, y Florian Rodari, historiadora de arte.



Desde que empieza a hacer sus primeras fotos a los seis años, Jacques Henri Lartigue (Courbevoie, 1894-Niza, 1986) se propone capturar la espontaneidad, la inocencia, la sinceridad, el juego y la alegría de vivir. Podriamos decir que toda su obra se caracteriza por el deseo de escapar de la gravedad, de huir de los contratiempos y de superar todas las contrariedades. Y lo hace captando imágenes del mundo que le rodea —mujeres bonitas, juegos de infancia, automóviles, aviones, deportistas en competición...— que reflejan la modernidad del cambio de siglo y un estilo de vida que le acompañará para siempre.




Un mundo flotante. Fotografías de Jacques Henri Lartigue (1894-1986) es la primera gran exposición antológica que se realiza del fotógrafo en España. Reúne más de doscientas piezas, procedentes de la Donation Jacques Henri Lartigue de París, entre copias modernas, instantáneas originales tomadas y reveladas por él mismo -algunas de ellas con la técnica estereoscópica-, así como cámaras, cuadernos, agendas y algunos tomos del diario que realizó durante toda su vida. La muestra hace especial hincapié en los temas que resultaron una constante durante toda su carrera: la fotografía como instrumento de la memoria, una herramienta para capturar la fragilidad de la existencia y la brevedad de la felicidad. También refleja su particular visión de las mujeres y de un mundo que cambiaba velozmente.



Jacques Henri Lartigue ha sido uno de los referentes visuales del siglo XX. Nació en Courbevoie, cerca de París, hijo de una familia de industriales adinerada. Su padre le compró la primera cámara fotográfica a los ocho años y, desde muy pequeño, empezó a llevar un diario con fotografías y breves textos que le acompañaría durante toda la vida y que constituye un documento extraordinario para conocer la forma de vivir de una generación que descubrió la moda, el deporte y las competiciones de motor. Sus imágenes reflejan la rápida transformación de las costumbres, el estallido de novedades, la vibración de las cosas y, al mismo tiempo, la búsqueda de los pequeños detalles, del instante perdurable y atemporal.



Hasta el año 1963, en que el MOMA presentó su primera exposición antológica, Lartigue era un fotógrafo casi desconocido. Sin embargo, la extraordinaria fuerza de sugestión de sus imágenes explica que su prestigio no haya parado de crecer desde aquel momento.



Lartigue capturó la vida a su alrededor, la exaltación de la felicidad y la alegría de vivir y lo hizo con unas ideas estéticas que proponían la renovación del lenguaje fotográfico. También se dedicó a la pintura y al cine. Fue director de fotografía en muchas películas de directores como François Truffaut o Federico Fellini.



Aunque sus imágenes son contemporáneas de un periodo repleto de convulsiones y cambios sociales —la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa o la ocupación nazi de Francia—, Lartigue no fijó su atención en estos conflictos. Su obra no refleja los cambios políticos; pero sus instantáneas, se convierte en un documento único de una época y una forma de vida. Su fotografía remite siempre a la inocencia, la espontaneidad y la alegría de vivir.

Un mundo flotante. Fotografías de Jacques Henri Lartigue (1894-1986)




Los 'saltos' a la felicidad fotográfica de Lartigue

Artículo de Laura Jurado en el Mundo

Jacques Henri Lartigue fue siempre un niño enfermizo. Sus dolencias le permitieron evitar las dos guerras mundiales, pero también le impidieron ir a la escuela. Fue aquella sensación de vivir al margen del mundo la que le inculcó el miedo a que un día todo, tal vez él incluido, desapareciera. Tomó conciencia de que la felicidad, y la propia vida, eran un instante si no perdido sí a punto de desvanecerse. Un éxtasis difuso que se movía con la gracilidad de un nadador y con la velocidad de un piloto de carreras. Cuando a los ocho años llegó a sus manos la primera cámara fotográfica, encontró la manera de poder atrapar ese segundo. Ahora su obra llega a CaixaFòrum Palma con una gran retrospectiva bajo el título Un mundo flotante.
Postrado en una cama de algodones o con los ojos oteando sobre la superficie de una bañera a rebosar, la vida de Jacques Henri Lartigue sufrió un vuelco cuando apenas era un niño. Aquel cuerpo enfermizo le había descubierto que, como la memoria, la felicidad sufría la permanente amenaza de desvanecerse. «Yo nací feliz», escribiría tiempo después, pero de pronto su felicidad vital parecía poder desaparecer sin previo aviso.
Tenía sólo ocho años cuando su padre le regaló la primera cámara fotográfica. El aparato era la herramienta perfecta no para detener el tiempo pero sí para inmortalizarlo, para retrasar lo inevitable. Sus inquietudes eran las mismas que aquel siglo XX que se iniciaba dominado por la idea de la velocidad: los transportes, acelerador mediante, reducían las distancias y el tiempo se relativizaba gracias a Einstein.
Bajo el título Un mundo flotante. Jacques Henri Lartigue (1894-1986), CaixaFòrum Palma acoge desde hoy la primera gran retrospectiva del artista francés con más de 200 piezas procedentes de la Donation Jacques Henri Lartigue. «Hacia el final de su vida donó toda su obra al estado francés con la condición de itinerarla y no atarla a un centro. Huía de los museos porque eran lo contrario de todo lo que él amaba, de la viveza y la velocidad», explicaba ayer la presidenta de la institución, Marysse Cordesse.
Su nombre fue un descubrimiento tardío para el mundo. Tenía casi 70 años y el Museo de Arte Moderno de Nueva York decidió convertirlo en el primer artista que expusiera en el área de fotografía. Fue el primer paso, incluso, para ser reconocido en su Francia natal. Lartigue nunca quiso ser fotógrafo. Aquella afición autodidacta era sólo fruto de su obsesión. «Él soñaba con ser pintor y ganarse la vida con la pintura. Llegó a exponer con Monet, pero sus cuadros no estaban a la altura de sus instantáneas», recuerda Cordesse.
Nunca entendió la fotografía como profesión, por eso vivió al margen de los movimientos artísticos que llenaban las pinacotecas y de la crítica empeñada en ensalzarlos o hacerlos caer. Como persona, apenas prestó atención a las continuas convulsiones experimentadas por su país: la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa o la ocupación nazi. Lo suyo era el intento de preservar la inocencia y la alegría de vivir. El retrato de la opulencia, la tranquilidad y la futilidad de la burguesía francesa.
Agazapado tras los árboles de la avenida del Bois de Boulogne, Lartigue cazó sus primeros retratos femeninos: los de aquellas mujeres distinguidas que paseaban sus vestidos nuevos por el bulevar. No buscaba el detalle de sus tejidos sino su apariencia elegante. Su amante Renée sería la única en posar frente a su objetivo. Sus tres mujeres -Coco, Florette y Bibi-, un retrato en medio de una placidez inmóvil. La misma que la mirada de Bibi en casa del doctor Boucard en medio de un tango.
«La vida es algo maravilloso que baila, salta, vuela, ríe y pasa», escribió. Un mundo flotante -que se podrá visitar hasta el próximo 23 de enero- es el retrato de una joven de espaldas sobre la arena de una playa de Hendaya. Las últimas brazadas de un bañista en una puesta de sol en Hyères. Un chapuzón de su hermano Zissou con las piernas a punto de tocar el agua. El cuerpo humano, a veces apenas intuido entre las sombras, era el mejor lienzo sobre el que escribir la fugacidad.
Las máquinas impulsaron a Lartigue el intento de captar la realidad física de la velocidad y sus deformaciones en los objetos, «con el resultado de una realidad etérea, flotante», como recordó ayer la directora de CaixaFòrum Palma, Margarita Pérez-Villegas. Encoger el espacio y alargar el tiempo en un nuevo concepto de panorámicas. Las ruedas de una carrera de bobsleighs, los despegues del concurso de bicicletas voladoras en el velódromo del Parc des Princes, los primeros accidentes de la aviación o el retrato de su padre a 80 kilómetros por hora.
Obsesionado por la meteorología y los olores, Lartigue -al que muchos denominaron el mago del instante- construiría toda su obra sobre la búsqueda del mismo tiempo perdido que le ataría a Marcel Proust para la posteridad.

viernes, 15 de octubre de 2010

Petite Mort coreografía de Jirí Kylián




Estrenado por el Nederlands Dans Theater, en el Festival de Salzburgo, en 1991. Jirí Kylián creó este ballet para el Festival de Salzburgo con motivo del segundo centenario de la muerte de Mozart. Los fragmentos musicales pertenecen a dos de los conciertos de piano de Mozart.




"La danza es idealista, siempre sobrevive, no le afectará la crisis”
Texto de Maricel Chavarría

El coreógrafo Jirí Kylián, cuyas creaciones se disputan las mejores compañías del mundo, ha impregnado de excelencia y originalidad la danza contemporánea de las últimas décadas. Dejó su Praga natal tras la Primavera del 68 y aprendió de John Cranko a ser un artista libre. Durante sus 25 años como director del Nederlands Dans Theater, estimuló a figuras como Nacho Duato o Catherine Allard. Hoy, a sus 61 años, sólo aspira a dejar de crear bajo contrato.

El viento húmedo que azota La Haya empuja la puerta trasera del Lucent Danstheater, y cual gato negro aparece en lo alto de un rellano un enigmático Jirí Kylián. El coreógrafo de origen checo afincado en Holanda, uno de los más influyentes de este siglo y del anterior, interrumpe su ensayo con la compañía joven del Nederlands Dans Theater (NDT2) para salir al encuentro del Magazine. Su cálido humor, su verbo preciso y esa calma eslava hacen temer que vaya a ser él quien diseccione a la visitante y no a la inversa. Durante 25 años dirigió ese teatro holandés, el único con compañía propia –que, por cierto, recalará esta semana en el Liceu de Barcelona– y que está dedicado enteramente a la danza.
Sabio, ecléctico, a punto de cumplir 62 y cansado de crear obedeciendo a encargos, Kylián celebra que este 2009 finalice el contrato que le obliga a crear una pieza al año para el NDT. “Sólo deseo tener una agenda en blanco, no planear nada”, confiesa.
Por suerte para esos jóvenes del NDT2 que hoy tienen el privilegio de dar forma a las ensoñaciones intuitivas de Kylián, el maná de este artista está lejos de secarse. Gods and Dogs (dioses y perros) es la pieza en la que le hallamos inmerso. Pura orfebrería.

En esta pieza, aborda la los límites de la locura. ¿Le preocupa la demencia?
Hay cierto grado de locura en todos nosotros. Intento explorar ese momento extraño en el que aparece una persona lúcida y te dice que te has vuelto loco y que hay que tratarte, o incluso que debes ser internado para no hacerle daño a nadie. Es un momento delicado porque lo que es normal para uno no lo es para otro. ¿Cuáles son los criterios? ¿Quién decide y en qué momento?

Son muy jóvenes sus bailarines, y usted les hace bailar frases tortuosas. ¿Le devuelven lo que espera?
Tengo que alimentarles más, pero me dan una enorme energía. Lo que usted ha visto hasta ahora en esta fase de creación es todavía muy estético; será más tortuoso. Es interesante ver a gente joven interpretando un material tan emocional porque no tienen ni idea, son demasiado jóvenes, no han tenido experiencia. Tienen que usar su fantasía, y eso es excitante.

¿Gratifica cultivar bailarines júnior?
La compañía joven trae una energía fantástica. Con la principal aprendo de ellos y ellos de mí, a un 50 por ciento. Y con la NDT3, la de bailarines de más de 40 años, que por cierto ya no existe, aprendí aún más. Era como leer un libro buenísimo.

¿Por qué no sigue adelante esa compañía?
Cesó hace un par de años por razones financieras. Me enfadé mucho. Cerrándola, el NDT arrebató la esperanza a la gente joven. Era una muestra de lo que se es capaz por encima de los 40.
¿Le sorprende que otras compañías relevantes no hayan copiado esa fórmula suya?
En realidad, no, porque has de tener un coreógrafo interesado en hacer algo para esos bailarines. Necesitas un cerebro y un espíritu que les alimente. Para la NDT3 hicieron piezas John Neumaier, William Forsythe, Nacho Duato, Maurice Béjart, Robert Wilson… contentos de trabajar con artistas tan fantásticos.

El bailarín Mijail Baryshnikov tampoco siente la necesidad de retirarse de los escenarios de la danza. ¿No le ha apetecido trabajar con él?
Intento evitar a las grandes estrellas. Nureyev quiso trabajar conmigo, pero me negué. Una vez le escribí diciéndole que le adoraba y que prefería seguir pensando en él como le imaginaba y no como realmente era. No quería destruir la leyenda. Porque podía ser una persona terrible, catastrófica.

¿Y usted? ¿No se siente un mito?
Hay personas que me cuentan que algo así se ha creado a mi alrededor, pero no lo sé. Yo no me siento un mito. Soy bastante tímido, no me gusta ponerme bajo los focos.

Pero ¿qué me dice de esa energía exhibicionista suya?
¿Sabe?, tal vez pensará que estoy loco, pero una vez tuve una experiencia increíble: sentí que algo se había creado a través de mí, que yo no lo había creado.


¿Como si fuera un médium?
Sí. Imagínese: creé un dueto en un solo ensayo. La música iba a ser La pregunta sin respuesta, del compositor Charles Ives, pero no la habíamos oído todavía. “Vamos a hacerlo con la música”, dije, y bailarines y música acabaron a la vez… Rompimos todos a llorar. Fue un momento excepcional, muy poderoso. Y yo no tengo poderes psíquicos ni nada de eso.

Una de sus fluidas y suaves piezas que han pasado este nuevo siglo por el Liceu barcelonés fue One of a Kind, con música de Benjamin Britten o John Cage. Su fraseo gestual va ganando en independencia de la música…
La música es un arte primario. Pintar, también: uno coge un pincel y dice lo que tiene que decir. En cambio, la coreografía tiene ese estig-ma de ser un arte secundario, pues el coreógrafo reacciona a la música, o bien tiene un compositor que crea para él, que es muy distinto. A mí me gusta tomar música clásica de un periodo entre Gesualdo y Beethoven y dársela a un compositor que la des-compone y reconstruye: me encanta esa reminiscencia de tiempos pasados transportados al lenguaje actual, esa tensión entre clásica y contemporánea. Lo que no haré nunca más es decir en movimientos lo que ya estaba dicho en música.

¿Y qué hay de sus pasos a dos? Es un diálogo cada vez más abstracto que no se produce necesariamente con el otro. ¿Es su particular visión de la pareja?
Sí. Me encanta trabajar con dos personas juntas, son el alfa y omega de mi trabajo, porque creo que si sabes algo y no lo compartes con alguien, no tiene valor. Por eso siempre planteo este intercambio entre dos personas, que debe ser cercano, cálido. Por alguna razón hago piezas en las que ambos seres están en contacto, pero sus mentes están en otra parte. Supongo que es una progresión natural en la vida cuando, estando junto a otra persona, acumulas esas experiencias locas, esas dificultades. Es la imposibilidad de estar con alguien. Yo he pasado 36 años junto a una persona [la bailarina Sabine Kupferberg], pero siempre ha sido un ahora estamos, ahora no... Es imposible estar con alguien al cien por cien, ¿no cree? ¿Qué me dice de usted?
Me temo que tiene razón. Dígame, ¿qué puede esperar la danza de estos tiempos de crisis?
Los bailarines son idealistas, siempre sobreviven, no se verán afectados por la crisis. La crisis estimula la fantasía. En mi infancia, en Checoslovaquia, cuando el comunismo era muy duro, los artistas florecían.

Usted dejó Praga en el 68 mientras entraban los tanques soviéticos a sofocar la Primavera. Ya no podía volver. John Cranko le había invitado a unirse al Ballet de Stuttgart. ¿Cómo le influyó ese personaje?
Cranko era una suerte de renacentista, tenía vastos conocimientos, había recibido una educación. Recuerdo que estaba yo trabajando en el estudio y alguien hacía una película sobre él. Se acercaron, y ese hombre le preguntó: “¿Cree que Kylián se convertirá en otro Cranko?”. A lo que él respondió: “Espero que no, espero que se convierta en Kylián”. Le agradezco a Cranko su mentalidad abierta, su idea de que en la vida no se trata de copiar sino de ser original. Todos nos influimos unos a otros, es normal. Hay unos quince directores de danza por el mundo [entre ellos, Nacho Duato o Catherine Allard] que salieron de mi compañía. Están en Japón, España, Suecia… Claro que tendrán influencias mías, pero también de ellos mismos, porque lo que hicimos lo hicimos juntos.

¿Echa de menos una formación sobre el arte de la coreografía?
Cuando estudié durante un año en la escuela Royal Ballet de Londres, me acerqué un día a Ninette de Valois, que era el espíritu de la compañía y de la escuela y le dije: “Señora, disculpe, puedo preguntarle dónde puedo aprender el arte de la coreografía?” Y respondió… “Sólo tienes que mirar las obras maestras, eso es todo.” Pero creo que hay mucho más. Y no hay escuelas. Somos los mayores amateurs del mundo: no aprendimos cómo coreografiar ni a dirigir una compañía. Lo hicimos a base de errores. Y si quieres ser un buen director artístico, debes ser diplomado hasta en psicología y ginecología, y saber cuándo tienen el periodo las chicas. No sabes nada cuando empiezas. Yo sólo tenía 28 años cuando comencé con el NDT.

¿Le dejaron vía libre al menos?
Sí, sí. Los holandeses son muy lúcidos en eso, observan qué puedes hacer y te dejan hacerlo. Yo soy muy cosmopolita. Me gusta haber nacido en Praga, un lugar extraordinario, y luego tener esa mezcla de culturas, de filosofías, de razas e ideas… Pero, imagínese lo que es llevar tres compañías, coreografiar, preocuparme por el dinero… Tenía que dejarlo.

Usted estaba en el avión en el que murió Cranko, de repente, en 1973, de regreso de una gira por Estados Unidos. ¿Piensa en la muerte?
Pienso en ella desde que soy capaz de pensar. Es una compañera constante. Pero no es algo nostálgico, intento no ser nostálgico, nada de Muerte en Venecia, je, je. Pero como dijo Francis Bacon, nacemos sólo para morir, es lo único seguro. No puedo confiar en el Leman Brothers Bank, ni en el Santander… sólo en la muerte. Si fuera banquero, haría un banco llamado Muerte, porque es cien por cien segura.

Ya. Humor checo, supongo. El suicidio de una bailarina le provocó una grave depresión en 1987. ¿Qué aprendió?
Es un sentimiento de no querer vivir en tu cuerpo. Tuve experiencias extracorporales, me sentí flotando en el techo. Pero sobre todo me di cuenta de que nada es importante, nada. Por eso lo conviertes todo en extremadamente importante. Tienes un sentimiento único de libertad cuando le dices a un bailarín: “Haz este movimiento combinado con ese sentimiento y ese tipo de espiritualidad, y te mostraré que es totalmente sustituible, que no tiene por qué ser ese movimiento ni esa espiritualidad. Pero te pido que lo hagas y paso parte de mi vida pidiéndotelo, y tú pasas parte de tu vida haciéndolo, así que, por favor, hazlo increíble, conviértelo en lo más importante de tu vida. Y te mostraré que no es para nada importante”. ¿Lo comprende?

El último Beckett
Inspirado en el arte, la música y el cine, pero defensor de la danza como un arte en sí misma, Jirí Kylián (Praga, 1947) ha evolucionado hacia formas esenciales y abstractas. En Tar and Feathers, una creación del 2006 que el Nederlands Dans Theater (NDT) traerá esta semana al Gran Teatre del Liceu de Barcelona, y en la que el pianista Tomoko Mukaiyama improvisa sobre música de Mozart, hay un elemento extraordinario: la palabra. “Siempre prefiero que se expresen los bailarines a partir del movimiento –comenta Kylián–, pero esta es una excepción. Utilizo el último poema de Beckett, What is the Word (cuál es la palabra). El maestro de la palabra no encuentra la adecuada. Yo mismo, divertido, lo recito en la grabación.”

Sarabande, Sinfonietta, Symphony of Psalms, Petite Mort, Bella figura o One of a Kind son sólo algunas de sus célebres creaciones. Acróbata de niño, estudió en la Royal Ballet de Londres y coincidió en el Ballet de Stuttgart con William Forsythe y John Neumaier, a la sazón bailarines a las órdenes de Cranko. Refugiado en Alemania –once años sin poder regresar a Praga–, le reclamó pronto el NDT, que dirigió hasta 1999. Un encuentro de danzas aborígenes en Australia, en 1980, cambió su perspectiva. “Para esa gente bailar es un modo de vida. Cuando le pregunté a uno de ellos por qué era tan importante, dijo: ‘Porque mi padre me enseñó a mí y yo tengo que enseñar a mi hijo’. ¡Claro!”


Entrevista realizada el 15/03/2009 por Maricel Chavarría

miércoles, 6 de octubre de 2010

Ritual performance de Mayte Bayón en Sa Taronja

Mayte Bayón, improvisa pintando con pintura y luz fluorescente un mundo onírico desde el que emerge.



Música (en directo) de Hernan Livolsi, Ajaak Ebell y Paco Goya.
Sábado, 9 de octubre- 23:00 horas en Sa Taronja.



Web de la artista

martes, 5 de octubre de 2010

Arboles viajeros



Árboles viajeros, recoge aquellos trozos de madera que en su día fueron árboles y que terminaron mecidos por las olas del mar hasta acabar descansando en una playa o entre las rocas de un acantilado. Nadie sabe los lugares que han podido haber visitado, o para que han servido; desposeídos de sus características arbóreas.

Para que continúen su viaje ....

martes, 28 de septiembre de 2010

Leonora Carrington

La exploradora de sueños

Autorretrato


Leonora Carrington, pintora y escritora (Lancashire, 1917) ha estado siempre dedicada a la actividad creadora tanto en el campo de las artes plásticas como en el de las letras. Su obra literaria se compone principalmente de relatos oníricos.

Adieu Amenhotep

Llegó a México, en 1942, y se reunió con los surrealistas europeos que vivían en en este país desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Excepto breves estancias en Nueva York, ha residido durante más de 50 años en México.



"No me gusta hablar de mi pintura o de la pintura en general porque es algo muy abstracto, muy subjetivo. No hay nada qué explicar. A mí me gusta leer novelas policíacas y me interesa mucho la física cuántica, del mundo subatómico y soy sumamente ignorante. Yo veía la televisión hasta que quitaron Discovery Channel, era el único que yo veía, por los animales. Mi corazón está con mis hijos y en México, he vivido aquí por más de sesenta años, de México me gusta mucho su comida y La Llorona. Ahora hago la lucha de vivir conmigo misma, que no es muy fácil".


De Dos surrealistas en México

El séptimo caballo y otros cuentos

miércoles, 22 de septiembre de 2010

García-Alix en el museo del Baluard

Lo más cerca que estuve del paraíso

Serie de fotografías en blanco y negro realizadas en Formentera, Ibiza y Mallorca entre 1994 y 2010, y un diaporama de 200 imágenes con música de Daniel Melingo.



Dos hermanas, 2000
Fotografía en blanco y negro sobre papel baritado.

“Formentera... Qué hubiera sido de mí sin la isla... En ella he amado y me he perdido. En sus aguas flota el mar de mi conciencia... Locuras, vaivenes emocionales, afectos y amores... En esta roca del Mediterráneo, fui feliz como nunca y triste”, escribe Alberto-García-Alix respecto de la menor de las Pitiüses, una isla ligada a sus vacaciones –también lo están, aunque menos, Eivissa y Mallorca-. Es Baluard Museu d’Art Modern i Contemporani de Palma exhibe por vez primera las fotografías realizadas en tres de las Illes Balears.

Nacido en León, en 1956, Alberto García-Alix viajó por primera vez a Eivissa en 1974, aunque los primeros negativos de la isla datan de 1981. Hasta 1989, no visitó Formentera, y desde entonces esta isla, como afirma el comisario de la exposición, Nicolás Combarro, “vuelve recurrentemente a su vida, y por tanto a su obra. Una sensación de libertad, un hedonismo que impregna las imágenes que llegan a nosotros a través del filtro de su mirada”. Las fotografías de García-Alix dan cuenta de las personas y lugares que han sido y son importantes en su vida. Y, como demuestra la exposición “Lo más cerca que estuve del paraíso”, las Illes Balears, con excepción de Menorca, se hallan en el itinerario autobiográfico de quien es Premio Nacional de Fotografía 1999. Aún así, no busquéis en ella la descripción esperada, ni geográfica, ni social, no en García-Alix. Lo importante es la mirada del fotógrafo, cómo detiene aquello que ve para retornarlo con muchos matices de gris, los no-colores de las tardes, de los anocheceres y de las noches. E importante es también su rechazo a la técnica digital, la afición por las cámaras de siempre y la pasión por el laboratorio en la búsqueda y dominio de una perfección técnica que contribuye a hacer tan extraños como cercanos a los personajes, paisajes y vivencias que retrata.




"En catalán existe una palabra que parece inventada para las fotografías de Alberto García-Alix. Horabaixa (atardecer, anochecer), hora baja, tiene el sentido de lo crepuscular, cuando el caer progresivo de la luz habla de la oscuridad que inevitablemente ha de llegar. El atardecer es la erosión del día como la muerte significa el definitivo desgaste de la vida, parafraseando a Borges. El atardecer es un periodo indefinido, sin hora para su comienzo ni para su fin, aunque aquí queremos que también sea una sensación. De hecho, hay una sensación de atardecer, especialmente en verano, cuando la luz va perdiendo fuerza, amortece muy poco a poco, la noche se demora, se impone un cálido silencio y todo parece teñirse de tonalidades grisáceas. Son las horas muertas.

Las fotografías de García-Alix nunca tienen la luz cegadora de la mañana. Una vez le oí contar que algunos amigos le habían dicho que ya era hora de cambiar de vida, ahora que no bebe y que las drogas han quedado más o menos lejanas. Le aconsejaban levantarse temprano y hacer más vida de día. Él tuvo pronta respuesta: sus fotografías están hechas de encuentros y él vive de la fotografía. ¿Qué o a quién puede encontrar hacia las diez de la mañana que logre interesarle? Las imágenes de García-Alix, la práctica totalidad de las que ha hecho a lo largo de una trayectoria que se remonta a más de treinta y cinco años, tienen el no-color de los anocheceres o se iluminan en la oscuridad de la noche. Especialmente las realizadas en las Illes Balears, una selección de las cuales se exhibe en Es Baluard después de haber disfrutado de un pequeño estreno, un aperitivo de García-Alix en Formentera, estas imágenes –decía– llevan impresas las sensaciones de los atardeceres, de los atardeceres de verano. Es la hora en que pueden retratarse Un hombre triste y Una mujer triste. El mejor momento para el baño.

Los días se hacen largos en Formentera, sobre todo los atardeceres con su anochecer, se alargan las siestas, se prolonga la hora del baño, hay tiempo para el sexo antes de que llegue la noche, tiempo para dejar que los últimos rayos de sol, sol de tarde, acaricien un cuerpo sólo vestido de sal de mar y polvo de los caminos. Hay tiempo para la lectura, para preparar una ensalada de payés para la cena, para darse un paseo en moto hasta el Cap de Barbaria. La tarde se hace larga hasta que se impone la noche y los cuerpos soleados transitan por los caminos.

Todo ello está en las fotografías de Alberto García-Alix. Historias y personas en las que el fotógrafo se retrata. También está presente la temporada que pasó en Algaida, el pueblo de Mallorca en el que todavía se recuerda la llegada, en 1994, de una pandilla de moteros. García-Alix dio título a la experiencia: Dormí con una virgen. Ya en Palma, hace pocos meses, el fotógrafo buscó a los amigos y, desde la seguridad de aquello que un día escribió, la seguridad de que al oír el clic de la cámara lo que era presente ya se ha convertido en pasado, regresó al bar conocido, El Flexas, para retratar de nuevo a Estrella, más de veinte años después. Las cuatro de la madrugada.


De Menorca no hay fotografías. «Allí no hallé perversión», me confesó el artista. En Llorando a aquella que creyó amarme, texto para una exposición de 2002, García- Alix escribe: «Por eso, es inevitable encontrar en mis fotografías un itinerario autobiográfico. Está, pero no es más que polvo visible del camino. Polvo que se pega a mis fotografías. No es importante.» Las Illes Balears, con la excepción de Menorca, se hallan en ese itinerario autobiográfico del fotógrafo. Pero no busquéis la descripción esperada, ni geográfica, ni social, no en García-Alix. Se trata de lugares, personas, actitudes, vegetaciones o paisajes, retratos hechos en las islas que podrían ser de cualquier otro lugar, aunque tratados en particular. Lo importante es la mirada del fotógrafo, cómo detiene aquello que ve y que seguramente sólo él ve, para devolvérnoslo tintado en muchos matices de gris, los no-colores de los atardeceres, de los anocheceres y de la noche. Importante es también su desdeño por lo digital, su esmero en la perfección técnica, su apego a las cámaras de siempre y su pasión por el laboratorio. E importantes, tanto o más aún, son sus lecturas, su poesía y su ética. Eso marca mucho, lo marca todo.

Sensaciones múltiples y diversas se desprenden de la serie de fotografías que hoy presentamos, muchas de ellas inéditas. Ante esas imágenes, que nunca dejan que seamos sólo espectadores, nos hallamos yendo y viniendo de la placidez del estío al misterio que es inherente a García-Alix, sin dejar de sentirnos algo cándidos, algo perversos y algo desnudos también. Todos conocemos o deberíamos conocer el placer que proporcionan las horas muertas. Entre tanto, el fotógrafo sigue interrogando".


“Las Horas Muertas”. Texto de Cristina Ros, incluido en el catálogo de la exposición

Museo del Baluard
10 septiembre 2010 - 09 enero 2011
Plaça Porta Santa Catalina, 10, Palma de Mallorca.

domingo, 1 de agosto de 2010

Sombra, el obstáculo de la luz

Las sombras son lo real



Shigeo Fukuda

La luz es la clase de energía electromagnética radiante que puede ser percibida por el ojo humano. Una sombra es una zona de oscuridad donde la luz es obstaculizada. Muchos artistas han jugado con esta combinación creando ilusiones ópticas u obras que iluminados de una determinada forma proyectan sombras que descubren que el arte está, precisamente, en el obstáculo de la luz.

Shigeo Fukuda (Tokio, 1932-2009) escultor, diseñador y mago de las ilusiones ópticas. Sus trabajos juegan con este concepto. Muchas de sus esculturas son amasijos informes de objetos que sólo se revelan cuando entran en contacto con la luz y proyectan su sombra.






Shigeo Fukuda aux journées Savignac de Trouville


Shigeo Fukuda aux journées Savignac de Trouville
Cargado por pointgmagazine. - Videos de arte y animación.


Kumi Yamashita (Japón, 1968)manipula la luz para crear sombras de formas sorprendentes que parecen surgir de la nada.





Tim Noble (Stroud, 1966) y Sue Webster (Leicester, 1967)son una pareja de artistas británicos que emplean basura y chatarra para crear sus siluetas.

viernes, 18 de junio de 2010

Photo Palma 2010

A partir de las 20 horas, 15 espacios inauguran Photo Palma, una muestra que reúne trabajos de fotógrafos nacionales e internacionales.

Graciela Iturbide en el Casal Solleric y Es Baluard.



En el Casal Solleric podrá verse una selección de obras de esta fotógrafa mejicana, que ha sido Premio Photo España 2010 a lo mejor trayectoria.
Y en el marco de los actos de Palma Photo, Es Baluard organizará una serie de actividades con la Graciela Iturbide, que impartirá un taller dirigido a profesionales de la fotografía (19 a 23 de junio), y dará una conferencia abierta a todo el público (22 de junio).





Shots en Altair, una exposición que reúne obras de Chema Madoz, Cindy Sherman, Juan Muñoz, Robert Rauschenberg, Vic Múñiz o Miguel Río Branco.



Chema Madoz


Cindy Sherman 'Nipple with diamond'


Aba Art expone POSTCARDS de Juan Antonio García, una apacible mirada a los orígenes de la fotografía provocando en el espectador un tiempo de pausa y de reflexión. Este viaje al pasado del medio fotográfico es un homenaje a los numerosos fotógrafos anónimos que durante el s.XIX produjeron imágenes de gran belleza y sutileza en concepto y en forma. Fotografía-Pintura-Fotografía. En POSTCARDS la fotografía actúa en la obra creando una tensión y la pintura traza sobre ella una nueva historia.






Adriana Duque en la Horrach Moyà con sus niños sacados de los cuentos infantiles en los que hay un algo inquietante. Obras en el umbral de lo onírico.






Pelaires presentará una colectiva que tiene como eje temático a la urbe de Los Ángeles. Obras de Justin Beal, Walead Beshty, Drew Heitzler, Nancy de Holl o John Williams.

Joanna Kunstmann muestra los objetos cotidianos de las casas chinas de Robert Van Der Hilst.


Robert van der Hilst (Amsterdam, 1940) se adentró en los interiores de las viviendas captando en sus fotografías la esencia de la vida privada china. Lo más característico de estas imágenes del artista son los grupos de objetos. De este modo desaparece el interior realista, que dará paso a un espacio imaginario propio. Éste no determina un lugar ni refleja una realidad, si no que proporciona una definición lúcida de los espacios. Las imágenes, cargadas de un profundo sentido estético, muestran objetos cotidianos tales como enseres de cocina, trapos, cepillos o fotografías,
"Puedo decir una cosa: yo busco el silencio total en mis fotografías, inmovilidad, cuando nada se mueve todo está sereno y calmo. Especialmente ahora después de trabajar durante varios años en "interiores", mis imágenes son muy compuestas como si fueran organizadas. Uso las personas como mis "actores", su medio se transforma en un teatro, yo trato de cruzar el umbral de sus yoes íntimos. En la serie "Interiores cubanos" y ahora en "Interiores chinos" intento fotografiar no sólo el interior de una habitación si no que y en primer lugar el interior del habitante".

Van der Hilst

Xavier Fiol expone creaciones de Paul McDonough y Peter Kayafas.

Ferran Cano exhibe fotografías de Lincoln Schatz.

La galería Maior inaugura la muestra 'Ir y volver' de Naia del Castillo.

Otros espacios son la Capella de la Misericòrdia, la Estació Intermodal, ´la Miró´ o la Guaita

martes, 15 de junio de 2010

Kyungwoo Chun Thousands and Other Works

Thousands, Untitled (Family Portrait) y Greetings EN SKL Gallery

Kyungwoo Chun(Seul en 1969)es conocido por sus poéticos retratos fotográficos desenfocados y por su acercamiento poco convencional a los conceptos de tiempo y espacio.


99 circles


Los proyectos Thousands, Untitled (Family Portrait) y Greetings, son dos proyectos de fotografía y una performance, que llaman a la reflexión sobre el tiempo físico y el efecto del mismo sobre el comportamiento de las personas.
A través de la fotografía Chun nos habla de como el tiempo influye en nuestras actitudes. Mediante una larga exposición fotográfica el artista consigue que una relación interpersonal fluya entre él y la persona fotografiada. La variante temporal es la clave que lo hace posible.
En sus fotografías quedan al descubierto, sin que haya un consentimiento explícito, los aspectos más íntimos de las personas, consiguiendo con un sencillo recurso, un resultado extremadamente espiritual.
“Me interesa ver cómo la gente se influye entre sí y cómo cada persona cambia de cara. Nunca sabemos lo que realmente está ocurriendo y nos encontramos a nosotros mismos sólo a través del reflejo del otro y en el ‘ahora’. el ‘ahora’ esta siempre en proceso de construcción”, afirma el artista.




'Thousands '(Chun) es un gran proyecto multidisciplinar para adentrarse en la narrativa histórica, las sagas familiares, la construcción de la identidad y, desde una perspectiva poética, la idea de la transferencia del alma.
La iniciativa surge del propio apellido del autor, Chun, poco común en Corea, cuyo origen chino y su historia legendaria obsesionó al autor desde la infancia. Chun Man Ri (Quian Wan Li, en su pronunciación china) fue un famoso general chino de la dinastía Ming que llegó a Corea en 1592 para apoyar a la dinastía coreana Joseon y el primero en tener el sobrenombre de Chun. Un apelativo, que significa literalmente "miles", y que le fue dado por su madre que soñó que su hijo partía a otro país. Tradicionalmente tanto chinos como coreanos consideran que el nombre de una persona determina su destino. Es un misterio sin resolver porque el general decidió quedarse en Corea a pesar de la gloria y los honores que el esperaban en China.
406 años más tarde, a partir de esta fascinación y del deseo de adentrarse en aquellos elementos sobre los que se construye la identidad y se modifica en un mundo cada vez más abierto, móvil y flexible, Kyungwoo Chun decidió trabajar con miles de personas que comparten su apellido, y que viven en tres pueblos cerca de Zhegzhou en China.
El proyecto incluye el retrato de mil individuos apellidados Chun titulado "One Thousand Faces of Thousands" (Mil caras de Miles); una reconstrucción recreada artísticamente de la vida del general Chun Man Li

Inauguración jueves 17 de junio a las 20:30 h.
A las 21:00 h., el artista realizará la performance Greetings de 20 minutos de duración.La exposiicón se podrá visitar hasta el 23 de julio de 2010
Kyungwoo Chun

sábado, 1 de mayo de 2010

Virginia Patrone Rojo Kabuki

Exposición de pinturas en Espacio Infame de Poblenou.
Inauguración el miércoles 5 de mayo a las 19:30h,




El color rojo en el Teatro Kabuki

La conexión entre las nuevas pinturas de Virginia Patrone y el teatro Kabuki es íntima, compleja y personal y va más allá que la simple reproducción de las características y colores. El vículo entre las pinturas Patrone y la tradición del teatro Kabuki es el color rojo, tanto en su forma figurativa como conceptual.

Como afirma Patrone, "el color rojo ha sido siempre asociado con la pasión, la agresión, el peligro, el pecado, el mal humor. En el teatro Kabuki, el color rojo tiene una connotación muy distinta como lo es aquí asociado con actitudes positivas, comportamientos y caracterizaciones. Los actores que llevan el juego de colores rojo son los personajes buenos, mientras que los que visten trajes azules son la gente mala de las historias de Kabuki".

Patrone reconoce su visión y las sensaciones que percibe del color rojo de la misma manera como se entiende en el teatro tradicional Kabuki. Además el bermellón y el carmín, ahora hay un nuevo color rojo que habitan en las pinturas de Patrone, un color rojo lleno de positividad y perfección física, el Rojo Kabuki.

Fragmento traducido de la entrevista Rojo Kabuki, Patrone’s Personal Vision of the Color Red

Virginia Patrone, Espacio Infame, Joncar 19.
Puen verse más obras de esta pintora en su blog

jueves, 15 de abril de 2010

Suso33 en la galería SKL

Exposición Movimientos



Movimientos, es una exposición de pintura sobre lienzo y papel, quiere sintetizar las obras realizadas hasta el momento, haciendo hincapié en la misma acción de pintar, focalizando la atención en la importancia del acto creativo.

A veces las palabras no me dejan ver, es una performance inédita, en la que el artista realizará una acción pictórica en la galería en la cual plantea cuestionar la casi obligada situación en el panorama actual de verse forzado a generar un discurso, por medio de palabras, y la posición que ocupa este respecto a la obra o a una obra que transmite tanto por si misma como sus acciones, performance, happenings o la misma “Pintura Escénica en Acción”.
La acción durará alrededor de 20 minutos.



Del documental Aerosol

Suso33 es un artista multidisciplinar (video artista, performer y escenógrafo) que comenzó pintando graffiti. Sus creaciones han traspasado los límites de la calle y han sido expuestas en lugares como La Casa Encendida, Madrid Edición, Caixa Forum, ARTIUM, MNCARS,DA2, Thyssen-Bornemisza, Instituto del Arte de Sarajevo, Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Bucarest, Instituto Cervantes de Madrid, Pekín, Shangai…

Precursor del graffiti iconográfico y de la experimentación con el lenguaje en dicha disciplina, así como pionero del street art en Madrid y mayor exponente del livepainting en España, actualmente desarrolla un proyecto artístico personal llamado “Pintura Escénica en Acción”, en el que conjuga recursos provenientes de las artes escénicas, la pintura y el audiovisual, en una especie de performance global en la que se suelen plantear diversos aspectos conceptuales de la comunicación, el arte, la palabra y la imagen.

Web de SUSO33




Suso33 Movimientos (17 ABRIL – 11 JUNIO, 2010)
Galería SKL, Costa Santa Creu 8 (Palma de Mallorca)

miércoles, 10 de marzo de 2010

Un coup de livres, Una tirada de libros



El libro como obra de arte, exposición en el Museo Fundación Juan March de Palma


Stéphane Mallarmé, Un coup de dés jamais n’abolira le hasard.
Poèm (Detalle: portada).
París: Gallimard, 1914. © Bettina Brach



La elección del título Un coup de livres ("Una tirada de libros") para esta exposición es un homenaje a Stéphane Mallarmé (1842-1898) y a su libro -obra cumbre- Un coup de dés jamais n'abolira le hasard ("Una tirada de dados jamás abolirá el azar"). Escrito en 1897, poco antes de su muerte, fue publicado en París el mismo año en la revista Cosmopolis. Pero hubo que esperar hasta 1914 para que fuera publicado por la NRF (Nouvelle Revue Française) bajo la forma que conocemos hoy. Mallarmé concibió un libro -"el" libro-, en el que el espacio poético y el visual fueran indisociables.
Nos encontramos aquí con el punto central del tema que nos concierne, es decir, el libro en su sentido más estricto; no como un receptáculo para un texto cualquiera o para una selección de imágenes, o para ambas cosas, sino como espacio de pleno derecho. En la brecha abierta en el seno del mundo artístico por los artistas de los movimientos de vanguardia de los años 60, publicaciones de todo tipo jugarían un papel preponderante tanto en la creación artística como en la difusión de ideas y de obras. Del panfleto al múltiple, la edición iba a permitir a los autores de obras o de acciones a menudo efímeras y aún mal definidas por los historiadores del arte, dejar su huella en la historia del arte.
Los happenings, performances, conciertos, películas, instalaciones, envíos postales, revistas de artistas y discos iban a revolucionar el sistema artístico de la época.
Algunos artistas que querían escapar del mercado del arte y de sus estructuras tradicionales empezaron a organizar sus propias manifestaciones y a establecer una red de comunicación así como lugares en los que presentar sus proyectos multiformes.
En esta nueva configuración nace y tiene un particular desarrollo el "libro de artista". El libro deja de ser el continente de informaciones, dibujos, reproducciones, fotos. El artista plástico ya no es un ilustrador de libros, ya no comparte el libro con un autor poeta o escritor. Se convierte en el creador por completo del libro. El libro se convierte en una obra de arte, del mismo modo que una escultura, una pintura o un grabado.
Con su aparición en el contexto ideológico de los años 60, las publicaciones de artistas serán el producto democrático por excelencia. Gracias a su forma simple y a su precio módico, el artista pensaba que podría no sólo conquistar un mercado, sino sobre todo dar al mayor número de personas la ocasión de enfrentarse y familiarizarse con el arte contemporáneo.
En la producción global de los "libros de artista" se reflejan todas las tendencias y estilos artísticos desarrollados desde el final de los años 50. Y toda la riqueza de la creación contemporánea puede encontrarse en la inmensa biblioteca-museo que nació en aquella época. Los artistas crean sus libros, a menudo los editan ellos mismos, otros se convierten incluso en editores y publican las obras de sus amigos. Algunos llegan a establecerse como libreros o crean lugares de difusión. De esta manera, gracias a este objeto fácil de hacer circular por medio del correo, se constituye una red internacional de comunicación y de intercambio.
Tanto el aspecto interior como el contenido conceptual de los "libros de artista" son de una gran multiplicidad, tanta como formas ha tomado el arte contemporáneo. El libro ha servido de soporte de las ideas para los conceptuales, de espacio plástico para los minimalistas y para algunos pintores y escultores, también de espacio de narración para otros. Pero ha sido igualmente lugar de predilección para los poetas visuales así como para toda clase de manipuladores de la página y de la escritura.
El "libro de artista" apenas se distingue de otros libros. Estamos bien lejos del objeto bibliófilo de lujo, porque el lujo no es su marca y su valor reside en su contenido. El "libro de artista" es generalmente de formato medio, de aspecto tradicional y los papeles y los tipos de impresión no tienen nada de extravagante. No obstante, estas obras se convertirán innegablemente en descubrimientos para el lector. Ya no se contarán historias, sino que se desarrollará una obra de arte en el espacio y el tiempo.
El libro se convierte en una obra original, más que en objeto de una exposición efímera del que después sólo quedarán reproducciones.

Extracto de la Introducción de Guy Schraenen, en el catálogo



Andy Warhol, Andy Warhol’s Index
(Detalle: libro con elementos pop-up).
Nueva York: Random House, 1976.


Esta exposición presenta una selección de "obras"–en su mayoría libros, por supuesto, pero también múltiples, revistas y piezas audiovisuales– de 24 artistas de los años 60 y 70 del siglo XX. Los préstamos proceden de los fondos del Archive for Small Press & Communication (ASPC) del Weserburg Museum de Bremen, el primer museo del mundo que ha dedicado una sección autónoma a los libros de artista y ha iniciado un centro de investigación especializado, con una colección de publicaciones de artista de los años 60 y 70 que representa el trabajo de cientos de artistas de más de veinticinco países, con más de 35.000 publicaciones y documentos que componen un panorama de todas las corrientes artísticas importantes desde los años 60: el Arte Conceptual, Fluxus, el Land Art, el Minimalismo o el Pop Art. Guy Schraenen, su creador, ha sido el curador invitado para esta exposición. Editor, ensayista, cineasta y comisario de exposiciones, Guy Schraenen fue fundador del grupo Cela (1957-62), de la galería Kontakt (1965-78) y de la editorial Guy Schraenen éditeur (1973).

Un coup de livres, Museo Fundación Juan March de Palma. Sant Miquel,11.
Horario de visita
De lunes a viernes:10-18,30 h.
Sábados: 10,30 -14 h.
Domingos y festivos: cerrado

sábado, 20 de febrero de 2010

La artista sumergida Mayte Bayón

La gran diosa serpiente Uadjit, guardiana del reino de los muertos, era símbolo de renovación y de sabiduría en el Antiguo Egipto.




Mayte Bayón sumergida en el submundo con la serpiente decidió emerger para decir sus peroratas.








El violinista Alfredo Ardanaz

Performance Peroratas de Mayte Bayón diciembre de 2009 en el Teatre Xesc Forteza (Palma de Mallorca) en el XXX Encontre Internacional de Compositors. La música es de Antoni Caimari, colabora el violinista Alfredo Ardanaz

miércoles, 10 de febrero de 2010

Vivian Maier, una fotógrafa callejera

Un tesoro de instantes ocultos en un cajón



Imagine que usted compra muebles en una subasta y dentro descubre más de 40.000 negativos fotográficos, un tesoro de instantes detenidos ocultos en un cajón. Pues esto le sucedió a John Maloof cuando revisó los artículos que había adquirido y se encontró con una inmensa colección cuidadosamente ordenada y repartida en sobres que llevaban el nombre de Vivian Maier.
Las imágenes mostraban instantáneas de la ciudad de Chicago, en las que se veían edificios, calles, escenas urbanas y, sobre todo, personas. Aparecían músicos callejeros, trabajadores en un momento de descanso, transeúntes pillados in fraganti que esperaban un semáforo para cruzar la calle o niños callejeros durmiendo sobre unas cajas en la vía pública.





Maloof comenzó a investigar sobre la autora de las fotos y en la casa de subastas le informaron que se trataba de una mujer muy mayor que, además, estaba gravemente enferma y decidió no molestarla. Contactó también con un establecimiento de artículos fotográficos de Chicago, la Central Camera Co, una tienda donde ella solía comprar el material de sus trabajos. Allí le contaron que era una mujer bastante reservada que había llegado a Nueva York, procedente de Francia como refugiada, en los años 50 y que, posteriormente, se había trasladado a vivir a Chicago.
El 21 de abril de 2009, Maloof se encontró con su nombre en el obituario del Chicago Tribune: Vivian Maier, nacida el 1 de febrero de 1926. Decidido a averiguar quien la había puesto, se traslado a la dirección que aparecía en la esquela y se encontró con que no existía.



Las fotografías de Maier captan numerosas escenas de la vida de Chicago entre los años 1950 y 1970 y también instantáneas de la ciudad de Nueva York, donde probablemente residió a su llegada. Además existen unos 15.000 negativos aún en rollos sin revelar desde los años 60.



Maloof ha creado un blog dedicado Vivian Maier, una fotógrafa de la calle de los años 1950 – 1990, nacida 1 de febrero de 1926 y fallecida el 21 de Abril de 2009.